alvaro serrano posted 1 mes ago
La soledad es un enemigo silencioso que acecha a muchas personas mayores en España. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), más de 2 millones de personas mayores de 65 años viven solas, y esta cifra no hace más que aumentar. Pero no se trata solo de estar sin compañía física: la soledad puede convertirse en un peso emocional que afecta la salud y el ánimo. Estudios recientes han demostrado que las personas que se sienten solas tienen un mayor riesgo de sufrir depresión, ansiedad, enfermedades cardiovasculares e incluso un deterioro cognitivo más rápido, como el Alzheimer.
En un país con una esperanza de vida envidiable –83 años de media, una de las más altas del mundo–, es triste pensar que muchos seniors pasan sus días sin alguien con quien compartir una charla, un café o una simple sonrisa. La soledad no es solo un problema personal, sino un desafío social que nos afecta a todos. Pensemos en María, una viuda de 72 años de un pueblo de Castilla-La Mancha, que tras perder a su esposo se encuentra sola en una casa grande y silenciosa. O en Juan, un jubilado de Barcelona que ve pasar los días desde su balcón sin apenas interacción. Estas historias son reales y más comunes de lo que imaginamos.
Combatir la soledad requiere creatividad y compromiso: desde actividades comunitarias hasta herramientas tecnológicas que acerquen a las personas. No se trata solo de llenar el tiempo, sino de devolverles la ilusión de sentirse parte de algo. Porque nadie debería sentirse invisible, especialmente en una etapa de la vida que debería estar llena de experiencias y conexiones.
✨ En Jubilalia sabemos que la soledad no tiene por qué ser una condena. Con nuestras soluciones innovadoras, conectamos a las personas mayores para que recuperen la alegría de compartir y pertenecer.
